¿Cómo nos debemos preparar en las empresas para la segunda ola de la pandemia?
Seguramente es la preocupación que todos tenemos en las empresas, sin embargo para los que hemos pasado los desastrosos primeros picos de casos (en Perú hubieron varios picos) hemos aprendido de forma individual, por experiencias propias o familiares o amistades, así como a través de nuestra organización a seguir protocolos y conductas de prevención; además de usar la mascarilla, tomar distancia social y lavarnos la mano constantemente. Luego de ese aprendizaje tan doloroso, donde cada día veíamos las cifras del número de fallecidos, realmente aterradoras, siendo prácticamente como si un avión se accidentara cada día, no creo y espero que no dejemos de seguir tomando las precauciones sabiendo que por más duro que suene para el día de hoy, no hay tratamiento preventivo, ni vacuna para el SARS-CoV2.
En caso de los trabajadores del sector informal (75% de las empresas peruanas) por obvias razones de necesidad, ellos ya se expusieron y expusieron a su familia, donde seguramente hubo muchos contagios, por lo que todos ellos probablemente no serían susceptibles, como aquellos que se mantuvieron permanentemente en sus casas durante este tiempo, a menos que se acepte las reinfecciones del SARS-CoV2 de manera general lo cual si sería un volver a cero para todos.
Sin embargo hay otro aspecto que en verdad me preocupa más; que es el efecto de los estresores alrededor de esta pandemia como: la afectación mundial del Covid-19, la economía nacional, la economía familiar, el riesgo de contagiarse de la persona o de sus familiares, amigos, seres queridos, la relación de pareja en un confinamiento tan prolongado, la atención a los hijos por educación, cuidados por enfermedad crónica, etc ; fallecimientos de seres queridos, trabajar de forma presencial, trabajar de forma remota, disminución de sueldos, despidos laborales, soledad, servicios médicos insuficientes e incluso inestabilidad política del país por dar algunos ejemplos de estresores que estoy seguro han influido en todos los trabajadores, pero para algunos de ellos estos estresores los han sobrepasado y han roto el equilibrio produciéndoles estrés, el cual con su componente psicológico, además de efectos a nivel del sistema nervioso, sistema endocrino e inmunológico complica más el panorama.
Este estrés crónico podría producir efectos negativos a diferentes niveles en su salud, pero también en su seguridad en el trabajo, además que estas afecciones en el contexto actual serán mucho más difícil de poder ser atendidas por los servicios de salud por lo cual el pronóstico de estos efectos podría perpetuarse llevando a cierto grado de incapacidad o invalidez incluso.
Puede parecer que de producirse una segunda ola, ya sabríamos como manejarla, sin embargo, tenemos que tener en cuenta que ahora la población trabajadora ya no se encuentra en condiciones similares al inicio de la pandemia, estamos ante personas que en muchos casos han sido golpeados por los estragos del COVID-19 directa e indirectamente por todo lo mencionado, y aún no sabemos el impacto real de la afectación de la salud psicofísica actual y para el futuro de nuestros trabajadores. Es por ello que nuestra recomendación seria mantener todas las medidas preventivas, pero ser cautos en valorar y contrarrestar los efectos post COVID en nuestra población trabajadora.